El objetivo en estos casos es conseguir la normalización de la forma del mentón, mejorar la posición de los labios así como del surco labiomental y conseguir las proporciones adecuadas entre papada, cuello y mentón.
El procedimiento más adecuado es el denominado como mentoplastia que trata de la osteotomía del mentón realizada de forma ambulatoria con anestesia local y sedación endovenosa. A continuación se desplaza el mentón unos milímetros a la posición adecuada mediante una planificación previa compuesta por un estudio fotográfico, un escáner de haz de cono y una simulación. Con ello, podemos obtener una visión previa, detallada y precisa de los resultados y que además reduce considerablemente cualquier margen de error.
Además, este tipo de intervención intraoral no deja ninguna cicatriz a la vista por lo que estéticamente se trata de un tratamiento muy eficaz.
Por su parte, la nueva posición en la que queda el mentón se fija de forma rígida con una miniplaca de titanio, o bien, con tornillos bicorticales también de tintanio no siendo necesaria retirar esta fijación.