Información para el Paciente
Esta información ha sido preparada para ayudar a los pacientes con granulomas y quistes periapicales a entender su problema, las opciones de tratamiento disponibles y los aspectos más importantes de estas intervenciones. Por favor, consulte con nosotros si tiene alguna duda.
¿Qué es la cirugía periapical?
Algunos pacientes presentan lesiones en el hueso del maxilar o la mandíbula alrededor de una o varias raíces dentarias que crecen destruyendo el hueso de soporte del diente y son responsables de dolores e infecciones. Esas lesiones se denominan granulomas y quistes periapicales, y su origen está en una infección dentaria crónica.
Cuando esas lesiones son de pequeño tamaño, por regla general menor de 1 centímetro, el tratamiento de las mismas se realiza por su odontoestomatólogo, mediante la endodoncia del diente o los dientes causales. Normalmente, la endodoncia soluciona el problema, aunque esto no ocurre en todos los casos.
Cuando la endodoncia no ha permitido la curación de la lesión, habitualmente está indicada la repetición de la endodoncia. Si esta segunda endodoncia no controla la evolución de la lesión estaría indicada la cirugía periapical.
La cirugía periapical consiste en la extirpación quirúrgica de la lesión (granuloma o quiste) que se encuentra al final de la raíz del diente, junto con la sección de la parte final de la raíz (últimos 3mm). Normalmente se acompaña de la realización de una pequeña preparación al final de la raíz seccionada y obturación de la misma con amalgama o cemento especial (super EBA, MTA).
¿Quién es buen candidato para cirugía periapical?
Son candidatos a esta intervención las personas que tienen:
* Una lesión periapical que no ha respondido a la endodoncia y reendodoncia del diente.
* Anomalías anatómicas en la raíz del diente (raíces muy curvadas, conductos accesorios) que impiden que la endodoncia selle adecuadamente el ápice radicular.
* En ocasiones, la reconstrucción del diente ha precisado la colocación de un perno o espiga colada que no se puede levantar para intentar la reendodoncia.
Para que la intervención tenga posibilidades de éxito es condición indispensable que el sellado del conducto de la raíz por la endodoncia sea adecuado.
¿Qué alternativas hay a este tratamiento?
Una lesión periapical sin tratamiento suele progresar provocando infecciones de repetición y aumento de tamaño, destruyendo mayor cantidad de hueso y afectando a los dientes adyacentes al origen de la infección.
Cuando la lesión periapical no ha respondido a la endodoncia quedan dos alternativas: la exodoncia (extracción) del diente causal con extirpación de la lesión y la cirugía periapical.
La ventaja de la exodoncia (extracción) es que es curativa en la mayoría de los casos. La desventaja, es que supone la pérdida del diente, que deberá ser restaurado mediante una prótesis removible, un puente o un implante.
La ventaja de la cirugía periapical es que puede permitir conservar el diente. La desventaja es que no es curativa en todo los casos, y que si no detiene la infección, puede ser necesaria al final la extracción del diente.
¿Qué pronóstico tiene el tratamiento?
El pronóstico de la cirugía periapical depende de muchos factores: sellado de los conductos por la endodoncia, tamaño de la lesión periapical, presencia de lesiones periodontales acompañantes, número de raíces del diente afecto, etc.
Su cirujano le informará del pronóstico de su caso en particular (por ejemplo, para un diente unirradicular del maxilar superior, en torno al 60% de éxito)
¿Cómo se realiza la operación?
Esta intervención se realiza bajo anestesia local. El cirujano extirpa la lesión localizada al final de la raíz, elimina la parte final de la misma (apicectomía) y realiza un sellado del canal radicular remanente (sellado a retro). Finalmente se suturan las incisiones y se realiza una radiografía de control.
Riesgos de la intervención
Toda intervención quirúrgica entraña un riesgo. Cuando la intervención es realizada por un cirujano entrenado, los riesgos son normalmente pequeños, e incluyen infección, sangrado, lesión de estructuras anatómicas vecinas (raíces de dientes adyacentes o nervios vecinos como el dentario inferior) y complicaciones de la anestesia. Usted puede disminuir los riesgos siguiendo cuidadosamente las instrucciones de su cirujano antes y después de la intervención.