Independientemente de la posición de los maxilares, una indicación muy importante y frecuente es proporcionar soporte a la máscara facial, cuando hay una laxitud de tejidos blandos subyacentes. Proporciona un efecto lifting, pero más natural, pues lo que hacemos es dar soporte a las partes blandas de la cara. El movimiento de avance maxilo-mandibular es lo que nos dará este efecto. Especialmente indicado en caras planas, con perfil retrusivo y falta de soporte labial y de la mejilla.
- Mandíbula pequeña o retrasada
Los dientes inferiores están retrasados con respecto a los superiores, al igual que el mentón. Suele haber problemas en la articulación de la mandíbula y puede haber dificultad para respirar durante el sueño. - Maxilar superior retrasado
Los pómulos están aplanados, los dientes superiores están retrasados y casi no se ven al sonreír. - Maxilar superior alargado
La encía se ve de forma excesiva al sonreír. La cara es alargada, el mentón suele estar retrasado y cuesta trabajo cerrar los labios - Mandíbula grande o adelantada
Los dientes inferiores están adelantados respecto a los superiores, la barbilla está adelantada y las muelas se estropean más de lo normal por el exceso de trabajo. - Mordida abierta
Los dientes superiores e inferiores no contactan al cerrar la boca, dejan un espacio. Hay que forzar los labios para poder cerrarlos y es difícil comer. En casos extremos puede afectarse el habla con problemas para pronunciar algunas letras. Las muelas que sí contactan tienen un exceso de trabajo, por lo que también se estropean antes y suele haber dolor en la articulación de la mandíbula. - Asimetría mandibular
El mentón y los dientes se desvían hacia un lado. De forma inconsciente, el paciente tiende a doblar la cabeza para disimular el defecto, por lo que, en ocasiones, hay dolores en el cuello. También puede haber problemas en la articulación.