En la Clínica Birbe no sólo hacemos tratamientos médicos, sino que la experiencia del paciente va mucho más allá consiguiendo mejorar su calidad de vida, aspecto estético, aumentando su autoestima y seguridad… es decir, cambiando sus vidas.
Uno de los cambios más significativos se produce durante las intervenciones de cirugía maxilofacial en la que se tratan todas las estructuras faciales para conseguir los resultados más armónicos y naturales, muchas veces los ocurridos después de un accidente de tráfico. esta especialidad quirúrgica engloba tanto el diagnóstico, la cirugía y tratamientos relacionados con boca, dientes, cara, cuello y cabeza por lo que nos adentramos también en campos como el de la oftalmología, la cirugía la estética, la neurocirugía, la traumatología, la odontología, la otorrinolaringología…
Sin embargo, gracias a los nuevos avances con la tecnología 3D ahora podemos planificar en tres dimensiones virtualmente todo el tratamiento y obtener así resultados mucho mejores debido al alto grado de complejidad que cuentan estas cirugías.
Es muy común que los pacientes que acuden a nosotros por problemas de malformación hayan tenido una vida social austera y hayan estado prácticamente recluíods en sus casas por temor al rechazo de la sociedad. Por eso decimos, que proporcionar este tipo de soluciones no implica sólo someterse a una cirugía o tratamiento sino a mejorar sus vidas
Es importante proporcionar durante todo el procedimiento, el apoyo necesario y la confianza, por lo que contamos con un completo equipo de profesionales médicos dispuestos a reforzar también esa parte psicológica que tanto se ve dañada en estos casos.
Llevamos años haciéndolo bajo las directrices del Doctor Birbe, una de las entidades en cirugía maxilofacial más importante nacional e internacionalmente con una amplia experiencia, formación y reconocimiento.
El término responsabilidad hace referencia a la obligación de responder del alcance de un acto, en el que nuestro caso, no es otro que la obligación que tenemos de reparar y satisfacer las consecuencias de nuestros actos, omisiones y errores voluntarios e involuntarios, dentro de ciertos límites, cometidos en el ejercicio de la profesión. Por eso cuidamos muchísimo nuestra relación médico-paciente conociendo aspectos como las expectativas que tiene del tratamiento, motivación, etc.