¿Sabes en qué consiste esta cirugía, conoces las ventajas de la rinoplastia cerrada o rinoplastia de preservación? Hoy queremos contaros en qué consiste y por qué esta técnica puede ser la más adecuada.

Qué es una rinoplastia cerrada

La nariz es uno de los rasgos estéticos más importantes de nuestra cara. Muchos de los pacientes que nos visitan es porque quieren mejorar el aspecto de su nariz, porque tienen una nariz prominente, estrecha, torcida o con problemas respiratorios, etc.

Una rinoplastia es una intervención de la nariz, una cirugía facial que corrige los problemas funcionales de la nariz para respirar o mejora su estética.

Orígenes de esta cirugía

La rinoplastia ha evolucionado generación tras generación gracias a la innovación de algunos cirujanos. A principios del siglo XX, el Dr. Joseph fundó las bases para la rinoplastia actual. Era una cirugía resectiva del dorso nasal, es decir: éste se cortaba o limaba. A finales del siglo pasado, el Dr. Sheen transformó la rinoplastia en una operación de cirugía estética bien estandarizada, con una planificación quirúrgica previa basada en el análisis facial e incorporando técnicas de aumento con injertos de cartílago, ampliando así el abanico de posibilidades quirúrgicas.

Las ventajas de la rinoplastia cerrada

Tras un siglo XX de cirugías donde la intervención tenía como objetivo la modificación del dorso nasal para mejorar la calidad de vida del paciente. Actualmente vivimos una revolución en este campo con la rinoplastia cerrada.

¿En qué consiste?

La rinoplastia cerrada va mucho más allá de la simple utilización de bisturí ultrasónico. Buscamos realizar un abordaje mínimamente invasivo, con planos de disección totalmente anatómicos, respetando cartílagos nasales, ligamentos y músculos nasales; con la diferencia fundamental de que trata el dorso nasal sin necesidad de cortarlo y reconstruirlo posteriormente.

Menos invasiva y con un mejor postoperatorio

La rinoplastia cerrada no sólo es un procedimiento mínimamente invasivo que respeta las estructuras anatómicas fundamentales (nervios, ligamentos cartílagos nasales), sino que también se asocia a una menor inflamación postoperatoria y, por lo tanto, a una recuperación y visibilidad de los resultados más rápida. También se asocia a una mejora de la función respiratoria sin la necesidad de realizar injertos gracias a la apertura de la válvula nasal interna que se asocia a esta técnica.

Actualmente, con la rinoplastia de preservación, tenemos una nueva forma de enfocar la cirugía de la nariz. Estamos en el principio de una revolución y veremos próximamente más indicaciones, más refinamientos técnicos, y por supuesto, más demanda por parte de nuestros pacientes, que en definitiva son los máximos beneficiados de la Rinoplastia de preservación o rinoplastia cerrada.

Rinoplastia cerrada

Rinoplastia sin cirugía

Tras contaros qué es la rinoplastia de preservación, hablaremos de técnicas que son todavía menos invasivas. En este caso, la rinoplastia sin cirugía es una técnica que no precisa quirófano ni anestesia -y que por esta razón resulta más económica que una rinoplastia clásica como la que hemos explicado en los puntos anteriores. Y es que ciertas imperfecciones del dorso de la nariz o de la punta de la nariz, cuando necesitan un aumento de volumen, pueden tratarse sin cirugía.

En este tipo de cirugías se pueden utilizar una gran variedad de materiales que pueden variar: grasa del propio paciente obtenida mediante unas cánulas de aspiración para posteriormente ser infiltrada a modo de injerto de grasa -un lipofilling-, o en otros casos, distintos tipos de rellenos sintéticos –aloplásticos como el ácido hialurónico, por ejemplo- con grados de permanencia variables según su densidad y las necesidades estéticas del paciente.

¿Cómo puedo saber qué tipo de rinoplastia necesito?

En la Clínica BIRBE aconsejamos realizar una simulación en el ordenador de los cambios que pretendemos alcanzar con la rinoplastia, y una vez definidos estos cambios, ver cuál es la mejor forma de conseguirlos.

Una de las ventajas de esta técnica, es que permite enseñar al paciente cómo es el cambio deseado, por que se ha hecho el tratamiento y si existe una reabsorción del material de relleno empleado, siempre queda la alternativa de realizar una rinoplastia clásica.

Me da un poco de miedo la intervención…

¡Lo entendemos perfectamente! Cada intervención es un reto y es necesario que nuestro equipo previamente pueda valorar las técnicas que utilizará y establecer los pasos de la cirugía.

Si lo que necesitas es una rinoplastia correctora, no dudes en consultar con nuestro equipo de profesionales médicos. Nuestra experiencia nos avala.

Para quedarte más tranquilo/a, ten en cuenta que la cirugía la realizamos siempre en quirófano bajo anestesia general o anestesia local más sedación. Su duración suele oscilar entre 1 y 2 horas y el procedimiento suele ser similar: una incisión para separar la piel del hueso y el cartílago, la remodelación mediante una pequeña incisión por dentro de las fosas nasales a unos milímetros del borde de los orificios. También -dependiendo de cada paciente- se puede realizar mediante un corte en la parte que separa los orificios nasales porque cicatriza muy bien y pasadas las semanas es prácticamente imperceptible.

¿Y después de la operación?

En el caso de una rinoplastia cerrada, el postoperatorio es prácticamente inexistente, sin más que un pequeño edema que no impide llevar una vida normal.

En el caso de una rinoplastia correctora, el postoperatorio consiste en llevar una férula de plástico y un taponamiento durante 4 días aproximadamente y el paciente suele experimentar algo de inflamación que va desapareciendo con el paso de los días. Durante la primera semana será imprescindible llevar el protector que mantiene inmóvil la estructura de la nariz y someterse a sesiones de drenaje linfático para mejorar la recuperación.